Nos despertamos Sábado con gran ímpetu e ilusión a las 5.45h como habíamos quedadomi compañero de cordada, el ilustre pero no menos avispado Alexis y yo, se necesitaba de una gran madrugada para afrontar la dura ascensión que nos esperaba, pero debido a problemas de logística a la hora de despegarnos del saco, aplazamos el madrugón dos horas más tarde.
Nos ponemos manos a la obra a las 8, llegado el momento y equipados con la ropa apropiada para el gélido día que nos esperaba, nos ponemos en camino con el ánimo suficiente para afrontar las siguientes 3 horas de aproximación que vaticinábamos nos costaría llegar a la base de nuestrapared. Pretendíamos ascender raudos a través de la majestuosa pared de 500 mts, por el camino dejamos atrás diversas cascadas de hielo en las que algunos escaladores practicaban escalada en hielo . Para llegar a la base de nuestros celestial ascenso decidimos acortar el blanquecino y cansino trayecto por una pequeña canal que recortaba la ladera del Anayet, en la que ya tuvimos que hacer uso de crampones y piolets debido a su reseñable verticalidad, esto nos sirvió como calentamiento y nos ubico en la montaña totalmente ya que realizamos el atajo vertical sin cuerda, cosas de escalar con hombres de pura cepa…jeje
Estábamos listos y emocionados en la base cuando el azar decidio que Manolin iba a comenzar con el primer largo, se trataba de un largo de 50 Metros en el que encontramos mucha roca verglasseada y nieve azúcar lo cual se hacia imposible traccionar con los piolets, se sucedieron hasta un total de 6 largos mas en los que nos alternamos Alexis y yo como bien se debe hacer en esto de la escalada clásica.
Finalmente alcanzamos la cima de nuestro objetivo, habíamos coronado el anayet en una escalada arriesgada, por su gran componente de trepada en mixto, debíamos ir equipados con los crampones y los piolets por la existencia de nieve en pared, pero justamente las condiciones de esta no eran lo suficientemente buena como para asegurar una escalada en hielo en condiciones, y tampoco era lo suficientemente abundante como para poder evitar la roca, por ello en muchos momentos nos vimos obligados a cojernos de roca con las manos y trepar con crampones por la misma…Pero al fin y al cabo a eso habíamos venido, era la primera trepada invernal de este año para nosotros y lo habíamos conseguido con éxito.
Ahora solo quedaba bajar de ahí, nos habían comentado que los mortales lo hacían por la normal, y luego enlazaban la bajada a través de una escuálida cadena la cual ayudaba a superar una travesía con riesgo de caída lateral, pero mas allá de ir por donde se sugería, trazamos una bajada alternativa la cual nos llevo rápidamente y sin mucho compromiso a la base del pico de nuevo, con ello habíamos finalizado la actividad, estábamos contentos y sedientos de vitamina B, como colofón, ingerimos cerveza para celebrar semejante actividad, ahí quedaban 11 horas de actividad, soledad absoluta en la pared y la sensación de seguir puntuando.