Llevábamos varios meses intentando cuadrar un fin de semana en Pirineos, pero siempre algo se torcía en el último momento y nos tocaba quedarnos en casa, trabajo, compromisos familiares,… y para colmo las dos veces que parecía que todo encajaba, la semana previa se anunciaban nevadas de las gordas…pues nada, a ver después de Semana Santa, y por fin la meteo nos respetó.
Salimos el viernes a las 14 de Castellón en dirección Torla los socios Manuel Castillo y Eloy Mansilla, acompañados de Carlos Pitarch, del CMC. La verdad es que tanto tiempo mirando esta actividad en internet te deja la cabeza llena de frases poco tranquilizadoras: “…técnicamente fácil, pero física y expuesta”, “ …sin ninguna zona donde descansar hasta la cima”, “…imposible ir a largos de cuerda y arriesgado ir a ensamble, difícil de proteger”, “…no admite ningún fallo”, ”sin posibilidades de retirada”, joder, donde nos vamos a meter?!. Como bien dijo Manolín: “ això es anar i tirar-li”, y eso hicimos.
A las 19:30 aparcamos la furgo en San Nicolás de Bujaruelo (1338m) y repartimos el material que durante el camino habíamos decidido llevar: cuerda simple de 60m, dos estacas, dos tornillos de hielo, un ancla de nieve, tres aliens y unos cuantos anillos de cinta. Con las mochilas a punto de reventar cruzamos el puente del rio Ara y empezamos a subir en dirección al puerto de Bujaruelo a las 20h. Tardamos poco más de hora y media en llegar a la Cabaña de “Eléctricas” a unos 2000m, donde habíamos decidido pasar la noche. Se trata de una pequeña cabaña de dos estancias con ningún tipo de lujo que se usaría en su momento para almacenar el material para la línea de alta tensión que pasa por ahí, pero que permite dormir y cocinar a resguardo del frío y del viento. Además se puede coger agua del barranco de Lapazosa que baja a unos 20m de allí. Calentamos un poco de pasta y prontito al saco a dormir escuchando a los ratones que trasteaban alrededor. Ya entrada la noche llegaron otros tres montañeros a dormir , aunque no llegamos a vernos las caras pues salieron antes de levantarnos nosotros.
Pusimos el despertador a las 6:00, aunque cuando sonó ya estábamos levantados preparando las mochilas. Desayuno rápido, crampones y para arriba. Aun nos queda llegar al Puerto de Bujaruelo (2273m) y aproximarnos a la base de la pared, a unos 2400m. Desde el puerto de Bujaruelo ya se ve nuestro objetivo y empezamos a intentar descifrar con la mirada por dónde subiremos. Parece que hay huella bastante evidente y vemos a un grupo de tres franceses que están empezando a subir el corredor que asciende de derecha a izquierda desde la base. Van con los esquís a la espalda, también son ganas, aunque luego en la bajada me acordé de ellos…
A las 8:15 entramos en el primer corredor de unos 50º, y casi sin darnos cuenta el suelo se va alejando de nuestros pies. Decidimos no ir en ensamble, subiremos cada uno por su cuenta y si es necesario proteger algún paso sacar la cuerda. Tras este primer corredor la ruta clásica de la cara norte sigue pegada a la derecha de un espolón, que llega hasta el resalte de roca que hay a 2/3 de la pared, pero desde abajo parecía escasear la nieve en las zonas más altas, cerca del resalte, y decidimos desviarnos a la derecha, para luego ir haciendo diagonales hacia la izquierda por corredores de nieve más evidentes.
Tardamos en torno a 1:30h en llegar al resalte. La nieve está en perfectas condiciones y da mucha confianza al clavar piolets y crampones, hasta ahora en ningún momento nos hemos planteado sacar la cuerda. Vemos al trío de franceses recogiendo la cuerda por arriba y Manolín se acerca a echar un vistazo. Serán unos 6m de roca y nieve, algo más verticales, no parece difícil pero nunca se sabe, así que lazamos un bloque, montamos reunión y sacamos la cuerda. Manolín resuelve el paso rápido, un friend en la roca y arriba reunión con estaca a prueba de bombas, no llegará a IV, pero tampoco hay que arriesgar más de la cuenta, asi que nos asegura el paso. Ya por encima del resalte seguimos sin encordar con tendencia a la izquierda hasta un pequeño afloramiento de hielo de no más de 2 o 3m que yo con los nervios casi derumbo a pioletazos hasta que Carlos me indica que le de con suavidad, si no es por él creo que aun estaría allí dándole cada vez más fuerte. No hizo falta la cuerda para este paso, pero sí que exigía un extra de atención para no liarla.
Tras cruzar el hielo acaban las dificultades, quedarán en torno a 150m hasta la cima. Ya se ven las cornisas por encima de nosotros, y seguimos ascendiendo por cortos corredores a derecha e izquierda, siempre con una inclinación mantenida en torno a los 55º hasta salir los tres a la arista cimera a las 11:00, a unos 50m a la izquierda de la cima. En menos de tres horas habíamos completado los 700m de desnivel y estábamos eufóricos, paradita de relax en la cumbre para disfrutar de las vistas, comer y beber algo y bajar tranquilamente por la normal, pasando por la impresionante Brecha de Rolando y por el refugio de Sarradets (que por desgracia no abre hasta junio). Había valido la pena la espera, pues disfrutamos de un día radiante, sin viento y sin demasiado frío, incluso calor en el camino de vuelta, y con la nieve en condiciones óptimas.
Llegamos a San Nicolás a las 16:15 y fuimos directos a brindar con una cerveza bien fría y a comentar la actividad. Una espectacular ascensión a una gran cara norte, no muy difícil técnicamente pero sí física y expuesta, por lo que conviene afrontarla con tiempo y asegurándose de la meteo y el estado de la nieve.